Autores: Sergi Belbel, Paco Mir, Miriam
Iscl
David Plana, Joan Ollé, Yolanda
G. Serrano,
Josep P. Peyró, Ágata Roca, Jordi Mollà.
Intérpretes: Mamen Duch, Miriam Iscla, María Lanau,
Marta Pérez.
Vestuario: César Olivar.
Escenografía: Jon Berrondo.
Iluninación: Tito Rueda.
Dirección: David Plana (Compañía T de Teatre).
Teatro: Lara. (21.9.1999)
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Esos niños tan monos
Ha vuelto T de
Teatre, las descaradas actrices que hace dos años aparecieron por Madrid –son
de Barcelona, formadas en el Institut del Teatre- para ocupar, unos días
previos a la temporada, y que se quedaron el resto de ella para atender el
formidable éxito conseguido con este Hombres!
La compañía se ha reducido de cinco a cuatro actrices, y una de ellas, además,
es nueva. No importa: los procedimientos, el estilo, los propósitos y el
resultado de esta Criaturas mantienen
e incluso superan la calidad y eficacia del anterior trabajo.
De nuevo se ha
recurrido a varios autores, para organizar el espectáculo en cuadros cortos -un
total de 15-, y la diferente procedencia de los escritores no impide que las
jóvenes actrices, con una muy hábil dirección de David Plana, consigan dar una
unidad de estilo. El tema común son los niños, claro está: las criaturas del
título. Sus servidumbres, es decir, la otra cara del angelical bebé y la
contemplación; el odio que pueden generar a madres cuya vida se convierte en un
infierno por su causa; el antes y el después de una pareja con niño; el fracaso
de cualquier modelo educativo; el retrato de niños repelentes, bobos o egoístas,
entre matrimonios cuyos maridos, sebosos e insoportables, han optado por
entregarse a las retransmisiones de fútbol. Todo ello, y otros temas muy
recurrentes sobre críos y sobre adultos, se cuenta con un extraordinario
sentido del humor, pero las anécdotas poseen la acidez de la propia verdad, la
cara brutal de situaciones cotidianas cuya poética se convierte aquí en un
cruel sarcasmo.
Aunque hay una
ingeniosa galería de personajes, que van desfilando en monólogos y confesiones,
el espectáculo es, sobre todo, coral, porque todas ellas intervienen
continuamente, trasladan diálogos al unísono, y el espectador espera, precisa- mente,
esa confluencia de personajes. Lo cual se hace, por parte de las cuatro, con
una soltura y un desparpajo bajo el cual se deja ver un depurado conocimiento
del trabajo actoral que, en algunos momentos, resulta sencillamente antológico.
Imitaciones, composición de tipos, credibilidad aun dentro del tono de farsa, e
incluso un guiño al público desde los propios personajes, son algunas de las
claves de estas magníficas actrices.
El resultado es un
espectáculo singular que disipa cualquier prejuicio sobre una posible
repetición de aquel Hombres! Se ha trabajado mucho más en el juego
escénico, en el decorado y la iluminación, que consiguen hermosos efectos y,
sobre todo, los registros y el talento de las intérpretes ha crecido. También
los textos –casi todos- son excelentes, aunque se tiene la impresión de que
gran parte de su calidad se lo dan las manos de estas chicas.
El éxito del
espectáculo fue absoluto la noche del estreno. Criaturas habla de las cosas que nos rodean, de lo que nos importa
del día a día. Y reflexiona sobre nuestra propia condición con la misma mirada
crítica y sarcástica del mejor teatro de comedia. Por ello es de esperar que
estemos ante uno de los sucesos de la temporada.
Enrique Centeno
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