Autor: Calderón de la
Barca.
Intérpretes: Carmen Morales,
Paloma Paso Jardiel,
Antonio Vico, Felipe Jiménez, Pedro
Valentín,
Francisco Piquer, Eva Cobo, Francisco
Lahoz, Paco
Paredes, Ana Escribano.
Escenografía
y dirección: David Bello.
Lugar: Muralla Árabe.
(10.7.2000)
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Rubor en la Muralla Árabe
La
fiesta anual del teatro que se celebra en la Muralla Árabe, programada por los
Veranos de la Villa este año de dedicada, cómo no, a Calderón de la Barca en su
cuarto centenario. Además, con una especie de hilo musical previo, en el que se
obsequia por los altavoces con el fondo sonoro de los clásicos versos; se
ofrecen las habituales atracciones de feria, fragmentos y pequeñas piezas aquí
y allá dentro del hermoso marco de este recinto. Y el plato fuerte calderoniano:
la comedia de El galán fantasma.
Para
este juego de engaños, para este divertido enredo, se ha contado con un curioso
elenco. Lo dirige David Bello, que ya el año pasado nos mostró su profunda
torpeza con un Tirso de Molina infame. En esta ocasión se ha encargado, de
nuevo, también de la escenografía, una cosa viejísima de cartón piedra ante la
cual mueve a sus actores de forma encantadoramente escolar con movimientos
aburridos, con tráfico soso y planos. Sucede que estas comedias de capa y
espada de Calderón son muy difíciles de poner en escena, porque requieren de
una especial sabiduría y un conocimiento de ritmos escénicos, que sólo los excelentes
directores son capaces de obtener.
El
galán fantasma, para hacernos una idea, lo montó el maestro José Luis
Alonso Mañes en el teatro Español con motivo de otra conmemoración de Calderón,
el trigésimo aniversario (1981) de su muerte: constituyó entonces un gran éxito
corroborando, una vez más, su talento. El cual se extendía, como es natural, a
la elección de sus intérpretes, entre los que estaban María José Goyanes, José
María Pou o Pedro Mari Sánchez. En el
escenario de la Muralla Árabe está hoy de protagonista una famosilla de la televisión,
Carmen Morales; otra famosilla de la comedia, Eva Cobo; un payaso exhibicionista
haciendo de gracioso, Pedro Valentín; y así sucesivamente. Que el ayuntamiento
de Madrid rinda homenaje a uno de sus conciudadanos ilustres en el cuarto
centenario con este espectáculo, produce verdadero rubor. Por fortuna posee un
entreacto, lo cual permite salir huyendo de allí para evitar tanta vergüenza
ajena.
Enrique Centeno
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