domingo, 8 de febrero de 2009

La noche de San Juan ***

Hemos visto ya el resultado de la “Compañía Joven” de la Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC), un magnífico elenco de actores. En ellos suenan bien las voces, ya concluida la primera promoción actual, previamente seleccionada en audiciones. Se escucha, junto a estas voces, el conocimiento de la verificación, brillantes y clarificadoras en métricas y ritmos. No suele ser frecuente. Hay que celebrar y felicitar a esta escuela. Son, muchos de ellos, nuevos profesionales sobre las tablas, y el director de la CNTC, Eduardo Vasco, ha debido conocerlos en sus trabajos de prácticas, porque contó ya con ellos en el reparto de su propio montaje de la temporada pasada, La dama boba.
Quien lo dirige, es Helena Pimenta, que se había encargado ya de varios clásicos en la CNTC, entre ellos dos de Lope de Vega. Este es, sin duda, el mejor de sus trabajos, La noche de San Juan. Curiosamente, ella fundó la compañía Ur y, recién iniciada, vino a Madrid, -hace ya quince años-, con El sueño de una noche de verano, de Shakespeare, este autor que no quiso utilizar el nombre religioso del solsticio, y que, lógicamente, su contemporáneo sacerdote, Lope, prefirió usar el de San Juan Bautista.
Hemos iniciado así este comentario, porque la brillante función es aquí más importante que esta comedia de enredo no tan magnífica como otros títulos del Félix. La juguetona noche mágica transcurre en la capital de Madrid. Fue un encargo del Rey y, naturalmente, en la capital no pudo acudir a los hechos más tradicionales: la noche de amor a las orillas del mar, las escarchas de hierbas al amanecer, los bosques para perderse... Lope, urbano, no tiene las hogueras entre las casas, y sus recursos son las aguas del Manzanares, o los campos de hierba en el Prado de San Isidro. Pero tiene las palabras sueltas sobre la noche y, sobre todo, la construcción jugosa con equívocos, desencuentros y acuerdos entre las parejas, hasta el triunfo de los amores. Se consigue un espectáculo lleno de gracia, de diversión y de belleza del texto. Su versión la ha hecho, como otras veces, Yolanda Pallín, quien con inteligencia, acorta algunas tiradas de versos, para conseguir mejor la carcajada continua. Ha añadido también una canción bailada antes de comenzar, y ha adaptado unos versos con una música de zambra, como la popular “Chunga”, que le sirve lo mismo para el humor que para la romántica poesía.
La noche en este barrio se limita, en la escenografía –de José Tomé-, a un aparato ingenioso, una especie de torre con vigas y suelos de madera, con altura, que gira y donde se agregan diversos elementos enriquecidos para la acción, con una buena iluminación. Se ha conseguido, por todo, un completo éxito.
Enrique Centeno
_________________________________Lope de Vega. (Versión, Yolanda Pallín)
Intérpretes: Eva Rufo, Rebeca Hernano,

David Boceta, Alejandro Saá, Íñigo Rodríquez,
Mónica Buiza, Cristina Bernal, David Lázaro,
Javier Lara. Isabel Rodes, María Benito, Rafael Ortiz,
Jose Juan Rodríquez, Ángel Galá.
Vestuario: África García.
Escenografía: José Tomé.
Dirección: Helena Pimenta.

Teatro: Pavón
(Joven CNTC) (5.2.2009)

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