viernes, 19 de diciembre de 2008

Auto de los Reyes Magos ***

Se ha desmontado el espacio de la cúpula del teatro de La Abadía. Se ha transformado su habitual patio de butacas en un ambiente religioso; nos ofrece unas bancadas en línea trapezoidal que nos invitan al silencio, esperando una ceremonia eclesiástica. La acción se desarrolla en el espacio central, un pórtico cuyo fondo es limpia madera. En este espacio los músicos interpretan con instrumentos de la Edad Media, tales como la fídula, la zanfona, el laúd, el órgano o la cornamusa: una música dulce que acompaña al texto de este primer Auto Sacramental, del siglo XII, el más antiguo de nuestra literatura. (misma época que el famoso Misterio de Elche). Una ocasión para escuchar aquellos versos en la lengua del latín medieval y perteneciente a la formación de nuestro idioma, un castellano primitivo y sencillo. En esta función, se interpretan las músicas de los pentagramas atesoradas en los libros del Rey Alfonso X, El sabio. Lengua culta de cuya misma época fueron los versos libres de los juglares, cuya antigüedad corresponde también al siglo XII (1140). Contemplar este Auto es el placer que nunca habíamos visto representado de este autor anónimo. Su lengua nos obliga a recordar a aquél contemporáneo Cantar del Mio Cid; aquello eran historias entre fantasías que relataban los poetas andantes. La diferencia nos enseña, nos permite ver el pasado, sus costumbres y creaciones, siempre imprescindibles en nuestros conocimientos. En este sentido, importa igual a los creyentes y a los ajenos a la religión.
La dramatización y la dirección de este Auto es de Ana Zamora. Ya nos envolvió anteriormente con Los misterios de Cristo, donde utilizó sorprendentes personajes de madera, también aquí, en La Abadía, la pasada Semana Santa. Unas fechas apropiadas, como ésta lo es ahora, en Navidad. Utiliza aquí un vestuario popular, curioso, transformado en títeres de animales, unas figuras preciosas de Daborah Macías. Zamora ha trabajado también en otras obras, como la de Gil Vicente (Tragicomedia de Don Durados), en la Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC). En los montajes, hace la música Alicia Lázaro, tanto en los citados como en otras obras, como Viaje del Parnaso (Cervantes), también en la CNTC. La unión de estas artistas se hace en la investigación y ofrecen un teatro nuevo. Huyen de fórmulas normales, como la de este Auto que suele representarse con sencillez y a veces con ritmos o decorados ingenuos, donde en ellos, como en el original, no se introducen las canciones, obtenidas aquí de otros textos.
Voces potentes en sus relatos, canciones hermosas, con coreografía que introduce una fiesta narrativa de estos Reyes Magos. Entran en las acciones, se dirigen hacia las oraciones. Juegan y nos hace sonreír, con un cierto sentimiento eclesiástico. Sin duda es lo se pretende, entre esas músicas que rodean al ambiente referido desde la cúpula con su botafumeiro hasta el suelo donde se unen los estupendos intérpretes con el público.
Enrique Centeno
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Anónimo
Intérpretes: Jorge Sabanta, Francisco Rojas,
Alejandro Sigüenza, Nati Vera
Escenografía: Richard Ceñiré.
Vestuario: Deborah Macías.
Coreografía: Javier García.
Realización de títeres: Ricardo Vergne y
Pablo Vergne.
Arreglos y dirección musical: Alicia Lázaro.
Dirección dramaturgia: Ana Zamora.

Teatro: La Abadía (3.12.2008).
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