viernes, 20 de mayo de 2011

Safronia **

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Autores: Antonio de Cos, José Padilla, Juan Vinuesa.
Intérpretes: Nuria López, Carlota Romero, Irene Ruiz, Nikele Urroz.
Vestuario: Gema Silveroni.
Escenografía: Marta Hernandez.
Iluminación: Pablo Seoane.
Dirección: David Boceta.
Teatro: Lagrada (15.5.2011)
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Fuimos el día 15 de mayo a conocer esta obra titulada Safronia, nombre también elegido por esta nueva compañía, como término que, al parecer, carece que significado. Bienvenidos.
    Vamos a imaginar también que transcurre en cualquier lugar del cosmos. Personajes perdidos, aislados en un mundo extraño donde se encuentran cuatro mujeres.
    Aparte del estupendo espectáculo, no entendemos bien de dónde han partido sus tres autores, Antonio de Cos, José Padilla, y Juan Vinuesa.
    La cosa es que ese día del Patrón de Madrid, en la conocida Pradera de San Isidro plagada con la tradicional fiesta, aparecía nuestra extraña presidenta, ataviada y sonriente entre el público –de eso se trataba- bajo una blanca sombrilla. Lo hemos visto en fotos y nos daba pudor esa exhibición política. Al anochecer, se realizaba la primera concentración, con unos 20.000 participantes: su convocatoria se hace por “Democracia real, ya”. Es probable que influya en ello lo que podríamos calificar como Manifiesto que corre por todas partes, ¡Indignaos!, libro de Stéphane Hessel con líneas como: “¿Quién manda? ¿Quién decide?” Bien podríamos añadir: “¿Es nuestro pensamiento capaz de conocer el mundo real;? (…) ... Esta pregunta se conoce con el nombre del problema de la identidad entre el pensar y el ser” (Engels). Son filosofías que los dramaturgos han expresado, con o sin intención, dentro de este potente drama que nos obliga a pensar.
    Nos expresamos así, porque la acción teatral de este Safronia muestra un espacio oscuro, en el que cada protagonista –Ludi, Bárbara, Juana y Águeda- va identificándose, una a una, con energía y sin miedo a sus condenas en el encierro. Lo organiza con perfección y sabiduría el director, David Boceta, con un vestuario bien diverso: agresivo, envejecido, sencillo o desconformado. Son signos de diferenciación y de trayectorias. Un original coro en el que se enfrentan, se unen, se mienten y terminan entendiéndose: el público entrará también en el violento ambiente.
    Lo hacen las formidables actrices Nuria López, Carlota Romero, Irene Ruiz y Mikele Arroz, que, entre la violencia, el drama y los acercamientos de esta obra, de una hora, crean electricidad de alta tensión. En el cuarteto, una de ellas, ligera, aparentemente simple, provoca cierto humor casi protector, pero al final resulta ser una especie de Campanita del cuento. Da al grupo la esperanza y el deseo de la liberación, cuando anuncia que conoce una lugar por el que se pueden escapar. Entre viejos bidones, hierros y escoria, explica que ha descubierto una claraboya que les permitiría huir de allí. Un lugar en la lejanía. No podemos ver ese colador y allí continuarán ocultas.
Enrique Centeno

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