miércoles, 3 de febrero de 2010

Ritter, Dene, Voss *

___________________________________
Autor: Thomas Bernhard.
Traducción: Miguel Sáenz.
Intérpretes: Ana Caleya, Rosa Savoiny, Carlos Domingo.
Dirección: Rosario Ruíz.
Producción: Galanthys Teatro.
Teatro: Círculo de Bellas Artes. (6.9.2006)

____________________________________________

Thomas Bernhard y sus escenarios. Éste, como siempre, es gris, techado y con decadentes luces. Su escritura es siempre interminable, con el apasionado agotamiento ante sus cuartillas o cuadernos, y -tal vez-, hasta con los tres actores, cuyos nombres dedicó a esta obra, de título referido a Ritter, Dene, Voss. Dos mujeres y un hombre, en una familia de hermanos. Ellas hablan entre sí, primero discutiendo e invocando a sus ascendientes, recordando aquellos teatros en los que se sienten como actrices. Sus intereses nos consumen, por mucho que lo hagan bien las dos intérpretes, Ana Caleya y Rosa Savoiny. En realidad, en la elegante y fea casa, esperan sobre todo que llegue el hermano, ese dios, atractivo y varón. Por fin, aparece el guapo -lo hace el buen actor Carlos Domingo-, y continúa la escritura, ahora sobre temas sin pasión, otra vez. Ya, con la cena puesta, se comienza a destruir todo lo que se le ocurre al prestigioso Thomas Bernhard (1931-1986, que fue representado, en nuestros teatros, muy tarde, hace solamente dos décadas). Se van poniendo en orden o desorden los cuadros, se rompe la vajilla, se burla tanto del teatro como de la música. Así van conservando ellas su pasión amorosa, mientras el público va desinteresándose de esta historia, quizá con la única observación de la buena dirección de Rosario Ruíz y de los tres estupendos intérpretes. Vaya paliza de inutilidades. Aquel autor, protestante, viajero desde Alemania a París, y de aquí a Austria o Inglaterra, obtuvo con esta obra un gran éxito..
Enrique Centeno

No hay comentarios: