domingo, 6 de marzo de 2011

Noches blancas **

__________________________________
Autor: Fiodor Dostoievski.

Intérpretes: Raúl Chacón, Lorena Roncero.
Adaptación y Dirección: Jaroslaw Bieiski.
Teatro: Réplica. (4.3.2011)
_________________________________

 
Se está celebrando el Año Dual España-Rusia en el que ambos países intercambian y organizan actuaciones culturales. Aquí en Madrid, Réplika Teatro dedica su sala durante este mes de marzo a Dostoievski, considerándolo como homenaje en el 190 aniversario de su nacimiento. Es necesario señalar que la inauguración, antes del estreno, se ha presentado por el embajador de Rusia, Kuznetsov, en una pequeña conferencia acerca del autor, de su interiorismo, independencia y prisión durante el zarismo. Y citó también la admiración que sintió hacia El Quijote: buena cita literal en esta celebración. Fue escuchado y agradecido con entusiasmo. Se hizo después el oscuro y se inició la primera representación, Noches Blancas.
    Es uno de los iniciales relatos que escribió Dostoievski, cuyo sentimentalismo la ha convertido en una de sus conocidas y sencillas obras. Ha sido a veces adaptada al teatro e incluso al cine (Visconti). En su preferido procedimiento, el autor utiliza la primera persona como narrador. En el escenario, será su personaje quien reflexiona y recuerda la historia de aquellas cuatro Noches blancas. Un monólogo interior que el actor, Raúl Chacón, -con el director, Jaroslaw Bielski-, transmite en tonos más meditativos: es lento, y el texto captura gracias al propio relato. Tal como en la novela, en su paseo por el parque descubrirá en un banco a la joven llorosa. Y aproximándose, comienzan sus diálogos. Ella vive en la tristeza por haberse alejado su prometido, e irá acercándose su amistad. Confiesa este idealista muchacho su soledad y el completo desconocimiento de las mujeres. Ella le explica que quedó huérfana, ya muy niña, y que vive desde entonces con su abuela, ciega, y con la madura matrona, sorda. Este melodrama –tenía Dostoievski 27 años- produce al público un cierto humor no deseado. La actriz, Lorena Roncero, da al personaje un carácter de inocencia e ingenuidad, a veces llegando a parecer una jovencita ignorante; tanto, que en los diálogos poéticos aparecen los encuentros de dos personajes imposibles de emocionar; quizá únicamente en la última escena con la huída de la chica hacia el antiguo amor. El montaje no ha querido presentar ese doble sentido entre la realidad y el sentido humano que llegó a convertir a Dostoiovski en uno de los grandes maestros de la novela rusa.
Enrique Centeno

No hay comentarios: