domingo, 31 de julio de 2011

Orígenes **

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Texto y dramaturgia: Gorsy Edú.
Intérpretes: Recaredo Silebó Boturu, Octavio A. Ondo, Reginaldo
Michá Ndong, Elena Iyanga, Julio Diosdado León Liso, Norberto  Brigol
 Menejal (Bob), Narciso Echuaca, Exuperancia Bindang Nguere,
Mónica León Liso, Raimundo Bernabé Nnandong (Ruso), Veneranda
Ayetebe Esogo, Salustiana Ayecaba Asumu, Antonina Upule Bueneque,
Rosendo Gabriel Obun Bikuy, Mª Reyes Mangue Mba, Josefina Monabang Manga,
Armengol Mba Mba, Alejandro Nzogo Sima (Alex), Antonio Nguema Ondo, Francisco
Ncogo Eyene, Jesús Daniel Asumu Osa (Yordi), Virgilio Masongo
Epengo (Brice), Mª Carmen Binsiongo Mambo y Yolanda Anguesomo.
Con la colaboración especial de Gorsy Edú, Yolanda Eyama y José Luis Djebol.
Dirección: Santiago Sánchez.
Teatro: El Matadero. (28.7.2011)
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La muerte es lo mismo que la vida en el animismo del pueblo africano. Un cenital nos ha mostrado a un hombre fallecido. Inmediatamente desaparece, y entra en el escenario una danza luminosa formada por más de veinte intérpretes, con ritmos de percusiones y con vestuarios que marcan la común estética de los espectáculos africanos. Ellos representan un mundo lejano de Guinea Ecuatorial. (“Guinea Española”, como colonia).
    Recuerdan el mundo tribal, y entre danzas y pasajes van apareciendo los sentimientos, las creencias religiosas y los peculiares amores. El muerto no está muerto: está en el cuerpo, entre los árboles, el agua, las casas, el aire o entre nosotros mismos. 
   Escucharemos relatos legendarios, poéticos y sencillos, casi inocentes como
cuentos infantiles; siempre en una torpe lengua castellana. Y se representa en escenas la historia de una pareja que se uniría en matrimonio, a pesar de pertenecer a distintos pueblos, cercanos, siendo posible conseguirlo. Sus vidas, y sus futuros hijos –con discusiones triviales sobre la divertida dote-, deseando la prolijidad de sus poblados. La representación seduce al público, entre sonrisas y disimuladas burlas, sobre un pasado primitivo. Los intérpretes, entre textos y danzas, muestran una gran satisfacción, un gozo que les abre siempre a la alegría. Todos salimos contentos, porque fueron felices y comieron perdices.    Es un espectáculo de coreografía, ritmos y gestos de placer. La compañía L’O’m-Imprebís monta este espectáculo con el incierto titulo Orígenes, y busca la diversión. Durante la función, escuchamos a los personajes, refiriéndose a su Guinea Ecuatorial. Son momentos chocantes al ocuparse de la juerga como testimonio de la antigüedad. Hoy, momentos en los que el centro de África está sufriendo la hambruna y la tiranía, incluyendo al Gobierno de ese país. El mundo ha causado en el teatro la reflexión y la denuncia (Negro, de Julio Salvatiero; Wadadú, de José Ortega, entre otros) sobre violaciones, encarcelamientos y asesinatos de la dictadura (Amnistía Internacional interviene continuamente hacia la propia Guinea Ecuatoriana). Hoy no nos hace mucha gracia este espectáculo, montando con artistas guineanos.
Enrique Centeno





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