sábado, 22 de agosto de 2009

Belmonte **

______________________________________

Dirección artística y coreografía: Rubén Olmo.
Dirección escénica: Esteve Ferrer.
Compañía: Rubén Olmo, Ana Agraz, Adrián Mejías,

Sara Campos, David Coronel, Mª Jesús Bustos,
Eduardo Leal, David Coria.
Cantaor y guitarra: Jesús "El Almendro" y
Españadero.
Figurinista: Josep Alhumada.
Iluminación: Juanjo Llorens.
Teatro: Albéniz. (9.7.2006)

______________________________________

El subtítulo de este espectáculo añade La danza hecha toreo. La danza española se ve pocas veces con argumentos o historias: recordemos algunos inolvidables espectáculos de la compañía de Gades. Así se irá avanzando en diferentes momentos da la vida del torero Juan Belmonte, sevillano que mantuvo siempre a sus aficionados partidarios enfrentados a quienes preferían al matador Joselito. Este último murió en la plaza bajo el astero; el primero, se suicidó en su finca años después, allá por 1956. Este es el tema de una puesta en escena: en ella se utiliza la coreografía adecuada, tensa a veces, brillantemente coloreada e iluminada. Otras veces, cortando la exhibición de capas y muletas en sus bailes, se aprovecha la búsqueda del fácil espectador llevándole al tablao de turistas y de ánimos y corros. Bien tocado y cantado, oímos sus ricos estilos y formas, desde la zoronga o bulerías hasta el sentimiento de la saeta.
El toreo y la danza son peligrosos para quienes no se entusiasman con el tema taurino. Quizá tampoco nos llegue demasiado conocimiento de aquel maestro Belmonte, que se entremezcla entre poemas de zapateos y cuerpos erguidos y embellecidos. O gusta el toreo, o no aprobaremos que se nos meta en el baile. Aquí, la elegía al suicidio es difícil, y no hay quien pueda encontrar oposición cuando hay poesía en lugar de baile. Ahí va el Llanto por Ignacio Sánchez Mejías, cuando el poeta García Lorca nos relata La cogida y la muerte haciendo admitir la plaza a cualquier lector, amante o no. El director de esta compañía de Rubén Olmo, nos da cuenta con una radiografía del matador, “pillo callejero”, que daba capotazos. Otro “pillo” sabemos que fue llevado a ver una corrida y le preguntaron qué le estaba pareciendo, por lo que contestó: ¿Cuándo pilla el toro y se mata a un torero? Cuentan que siempre lo ha seguido pensando, pero se entusiasma con la danza: clásica, contemporánea o española. Será mejor que no deje de acudir, esta vez, con canto, toque y baile, hecho con excelente arte y formación.
Enrique Centeno

No hay comentarios: