miércoles, 15 de julio de 2009

Las cuñadas ●

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Autor: Michel Tremblay (Adapt.: Itziar Pascual)Intérpretes: Maite Pastor, Julieta Serrano, Trinidad Iglesias,
Isabel García, Lola Casamayor, Arantxa Aranguren
, Rosa Savoini,
Ana Rayo, Mariana Cordero,
Karmela Aranburo, Marta Aledo, Teresa Hurtado de Ory,

María Carmen Sánchez, Lorena Berdún, María Pujalte.
Escenografía: Alfonso Barajas.
Vestuario: Yvanne Blake.
Música: Luis Miguel Cobo.
Dirección: Natalia Menéndez.
Teatro: Español. (10.4.2008)

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Es un buen equipo de actrices, nada menos que quince. Desde la maestra Julieta Serrano pasando por Lola Casamayor hasta Trinidad Iglesias. Es indignante que las hayan convertido en gallinas de jaula escénica. Se las manda gritar, sin personalidad, locas todas ellas.
He leído el último párrafo que la directora, Natalia Menéndez, que escribe en el programa de mano: “Dedicamos nuestras Cuñadas a todas las mujeres (…) y en especial a nuestras madres”. No vamos a acusarla en la comisaría o en el Juez Guardia, porque aquellas mujeres de entonces, casi todas ya fallecidas -la obra se escribió en los años 60- nunca conocieron a esos personajes grotescos y ridículas parodias entre vecinas, cuñadas o amigas entusiasmadas con aquellos “cupones” de las tiendas. La historia real no se ha contado; fue la resistencia, la dureza, la carencia, la lucha diaria para la supervivencia; gran parte de ellas la padecieron en los interminables años de la posguerra.
Recordábamos el teatro contemporáneo de nuestros dramaturgos, que cuidaban a los personajes femeninos. Porque en este mismo teatro Español, donde estábamos viendo Las cuñadas -tan reaccionaria- andaba por las bambalinas Buero Vallejo con su Historia de una escalera -Premio Lope de Vega-, que estrenó aquí, con vecinas que miraban a las compañeras de alrededor. O como a Lauro Olmo, que al inicio del los 60 examinó nuestra ciudad como un retablo de mujeres pintadas, con personajes que vivían en la esperanza, simplemente por el símbolo de La camisa, -Premio Nacional de Teatro, (1962)-. Y no digamos ya de Dario Fo -Premio Nobel-, frecuentemente en colaboración con la feminista Franca Rame, su compañera. Del canadiense Michel Tremblay (1942) nos cuentan que escribió Las cuñadas, con la que obtuvo un gran éxito hacia 1962. Cuesta comprenderlo, a no ser que lo comparemos únicamente con el comediógrafo Alfonso Paso, que en esos años era capaz de llenar seis o siete funciones a la vez en los escenarios de Madrid con éxitos jugosos para el público hueco y conservador. La verdad es que no sé que fue de sus obras. Sin duda, lo mejor de esta función es haber situado a los personajes en una larga mesa, en línea perpendicular al público, que nos permitía no poder ver a la mayor parte de estas mujeres. Quién sabe si el escenógrafo Alfonso Barajas, muy conocedor y frecuente, lo creó así para ocultar el horror. No importa el precio que cueste provocar risas: en incomprensible que esta penosa función se vea en el teatro Español. Ya hemos dicho que hay un excelente reparto, nombres que bien conocemos, como a Maite Pastor, Karmela Aramburu, Rosa Savoini o Ana Rayo. Humor, burla y absurda comedia barata donde es una pena que trabajen esta vez.
Enrique Centeno

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