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Libreto: Mel Brooks y Tomas Meehan.
Música y letras: M. Brooks.
Intérpretes: Santiago Segura, José Mota,
Fernando Albizu, Miguel del Arco, Ángel Ruiz,
Dulcinea Juárez y otros.
Escenografía: Jon Berrondo.
Vestuario: Alejandra Robotti.
Iluminación: Ariel del Mastro.
Coreografía: Karen Bruce.
Dirección: BT McNicholl.
Teatro: Coliseum. (13.9.2006)_________________________________

Una vez más, los disparates de
Mel Brooks provocan la carcajada. Más allá del
Frankestein de su película, el
Hitler y su espectacular montaje sobre aquel alemán es, quizá, lo más gigante visto en nuestros teatros. También puede afirmarse que estamos ante el musical superior a todos los que han sido representados en Madrid, traídos de
Broadway. El personaje del
Productor,
Max Bialistock, que interpreta Santiago Segura, parecería ser él mismo, debido al conocido
Torrente de sus películas, donde hace de golfo, tramposo, fascista y gordo salido. Tal es ese Empresario del musical, junto con otro excelente cómico, José Mota. El argumento trata de poner en escena una obra pésima porque, según los personajes, será inevitablemente horrorosa, y por ello mismo obtendrá millones en trampas económicas a Hacienda. Los dos productores se encuentran, sin embargo, con que la obra sobre
Hitler obtiene el gran éxito que no deseaban, gracias a ese personaje que finge ser un actor,
Franz Liebkin, y que interpreta muy bien Fernando
Albizu.
La numerosa y perfecta compañía y la brillante orquesta destacan ante una escenografía rica, lujosa e infalible en sus continuos cambios. Son el conjunto de elementos para carcajearse con el viejo texto de
Brooks y de su
letrista, Tomas
Meehan. El espectáculo lo dirige
BT McNicholl, autor de este montaje que creó en
Broadway. Las canciones logran ese humor gracias al juego de voces casi de zarzuela barata, sobre todo en Santiago Segura y en José Mota, que llega incluso a cantar en sus posibles tonos.
Enrique Centeno
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