jueves, 2 de julio de 2009

En un minuto *

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Autora: Inmaculada Alvear.
Intérpretes: Irene Verdú, Rocío Bernal

Pablo Bermejo (fuera de escena).
Dirección: Sara Serrano.
Compañía Arena
Teatro: Círculo de Bellas Artes. (30.6.2009)

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Vemos siempre por las calles, por los supermercados o por los parques –con sus niños, o como cuidadoras- a mujeres inmigrantes, musulmanas, cubiertas con sus velos, con la vista en el suelo, mudas y sin devolver las miradas; nunca están en un café, o en el cine. A sus maridos sí los vemos en grupos, charlas en las mesas de bares, tertulias en terrazas, o conversaciones alrededor de sus mezquitas. Ellas tienen órdenes, sumisas a sus maridos; aquí como en sus orígenes.
La escritora, Inmaculada Albear, crea dos personajes, la musulmana y la española, imaginándose que las dos desean conocerse, tratarse. Pero les es casi imposible, con diferentes y contrarios pensamientos. Una prohibida por su dueño; otra, por el desprecio social de su marido. No explica Albear las causas reales -unas por orgullo y otras por rechazo-, careciendo de acción y análisis. Le atrae la fantasía.
Se cruzan las dos en el camino, atreviéndose a saludarse, caminan juntas unos metros. Escuchamos lo que piensan los dos personajes, largos textos grabados, sin diálogo, en movimientos plásticos, cercanos a la danza –quizá nos acordamos del teatro griego-, y con el apoyo de imágenes proyectadas de diferentes calles. Y un televisor en el que, durante toda la función, desde la altura, presenta un ojo observador, vigilante.
El texto es una especie de poema en prosa, un no diálogo, con fragmentos entre largos silencios, en los que las dos supuestas mujeres mueven las pantallas, cambiándolas de lugar en líneas diferentes -no comprendíamos sus significaciones-, con unos agradables contraluces en iluminaciones diversas. Ligeras, lentas, inmóviles. Silencios interminables. Voces que nos comunican por altavoces. Siempre esperábamos qué iba a ocurrir con estos folios poéticos. Nunca ocurrió nada. Es el vacío sobre la incomunicación. La obra se llama En un minuto: se prolonga durante cincuenta minutos. Se trata de un teatro personalista que se aleja de la literatura dramática.
Enrique Centeno

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