lunes, 2 de agosto de 2010

En un lugar de Manhattan **

______________________________________________
Dramaturgia y dirección: Albert Boadella
Intérpretes: Xavier Boada, Xavi Sais, Dolors Tuneu, Jesúa Agelet,
Minnie Marx, Francesc Pérez, Pilar Sáenz, Ramón Fontserè, Pep Vila.
(Els Joglars)
Escenografía: Anna Alcubierre.
Vestuario: Dolors Caminal.
Iluminación: Cesc Barrachina.
Teatro: Albéniz. (17.11.2005)
______________________________________________

Quijote en sus versiones teatrales. Representadas en la calle, en salas alternativas, comerciales o en teatros oficiales: con humor, musical o de pretendidas visiones cervantinas, ofreciendo espectáculos todos ellos frustrados. (Se recuerda aquel formidable e inolvidable montaje en 1992, bajo la versión de Rafael Azcona y la dirección de Maurizio Scaparro, con Flotats y Echanove). Varios se han titulado simplemente Quijote, y otros como El Quijote para tontos, La razón blindada, Sanchica Princesa de Barataria, o El hombre de La Mancha. Este cuarto centenario se ha aprovechado –eso está bien- para obtener mejores subvenciones. La de hoy, En un lugar de Manhattan, se suma a esta serie, al parecer por un encargo y petición de la Presidenta de la Comunidad de Madrid (PP), doña Esperanza Aguirre, lo que aceptó Albert Boadella, con Els Joglars, para estrenar en el teatro Albéniz, en manos de la Comunidad.
    De alguna forma, el responsable de la dramaturgia y dirección hace viajar a don Alonso Quijano por Manhattan, como la misma idea de hacer volar a King Kong por Nueva York. Allí están los formidables actores de Els Joglars mezclando sus viejos y primeros conocimientos del mimo. Media docena de sus situaciones comienzan con el libro del falso Segundo tomo del Ingenioso Hidalgo don Quijote, del también falso Avellaneda, y terminan con el capítulo de Cervantes en Barcelona. Referencias tanto del original como en invenciones de Boadella. Sucede así, que el triste caballero de la Edad Media se traslada a un chocante mundo disparatado, de riqueza cómica en brillantes juegos de palabras y vestuarios sorprendentes.
El interés de la obra original se convierte, una vez más, en el montaje superficial y una búsqueda total hacia la gracia o el chiste, gracia, esencialmente, de los grandes actores de la compañía. En este caso, con una escenografía también ingeniosamente barata y chunga. Ya termina el año y las penas del teatro.
Enrique Centeno

No hay comentarios: