Autor: Georg Büchner.
Versión: Juan Mayorga.
Intérpretes: Javier Gutiérrez, Markos Marín, Chani Marín, Jesús Noguera,
Helio Pedregal, Lucía Quintana, Sergio Sánchez, Marina María Sereseski,
Mariano Martín, Trinidad Iglesias, Andoni Larrabeiti, Jon Bermúdez,
Críspulo Cabezas, Sara Sierra, Elena Castañeda, Ana Marita Zafra.
Escenografía: Max Gleenzel y Estel Cristià.
Iluminación: Juan Gómez-Cornejo.
Vestuario: Alejandro Andújar.
Movimiento escénico y coreografía: Chevi Muraday.
Dirección: Gerardo Vera.
Dirección: Gerardo Vera.
Teatro: María Guerrero. (CDN) (11.3.2011)
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Reza otra vez el soldado Woyzeck. Conocido y necesario, siempre para poder admirarlo y emocionarse, y necesario para quienes aún no conozcan este anticipado teatro que escribió Georg Büchner. (Se ofrecen varios montajes en las anteriores páginas del blog).

Con este decorado, toda la historia aparece hundida en un ambiente tenebroso. Un justo expresionismo que, sin embargo, impide crear escenas vivientes. Se ha construido en la zona central una baja fosa que sirve para recoger algunos de los momentos más íntimos. Es aquí –o así lo podemos pensar- la casa de Woyzeck y Marie, mujer que ha olvidado ya su amor entre rechazos, desprecios y protestas por la pobreza y su maternidad. Aquí sucede una de las perfectas escenas de la obra. La sensualidad de Marie y el macho Tambor Mayor que poseerá a la mujer -y que más tarde la abandonará-, en una apasionante y plástica composición: con dos formidables intérpretes, tanto Lucía Quintana, como Markos Marín.

La primera acción de la obra es siempre sorprendente, potente, en la que nuestro soldadito, barbero del cuartel, afeita al Capitán -Jesús Noguero, perfecto- en movimientos corporales que acercan el filo de la navaja a su cuello como una tentación. Es en realidad el comportamiento del mando y del criado. Desde este momento nos enseña Büchner el poder y la sumisión, el conocimiento ante la ignorancia. La misma actitud tendrá el Doctor, decidiendo juntos hacer el experimento con Woyzeck, una cobaya humana. Con este médico hace una rica creación el actor Helio Pedregal.
Son tantas humillaciones, miserias y metamorfosis médicas, que la desvergonzada y adúltera Marie terminará como estaba previsto en la tragedia; él se alejará con las ropas ya teñidas de sangre.

No es malo el montaje, pero no contiene la suficiente tensión en el viaje de Woyzeck.
Enrique Centeno
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