martes, 13 de octubre de 2009

El león en invierno ***

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Autor: James Goldman (Versión de J.C. Perez de la Fuente).
Intérpretes: Manuel Tejada, Alicia Sánchez,
Alberto Amarillo, Celia Freijeiro, Miguel
Valcárcel, Néstor Ármas.
Vestuario: Javier Artiñano.
Escenografía: Rafael Garrigós.

Iluminación: Satori.
Dirección: Juan Carlos Pérez de la Fuente.
Teatro: C.C.de la Villa. (25.4.2007)

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Estrenada en Broadway hace cuatro décadas, y pasada al cine, El león en invierno llegó a España veinte años después, protagonizada por María Asquerino y el desaparecido Agustín González –dirigidos por Joaquín Vida-, a cuyo estreno en Granada pudimos asistir (1988) y donde obtuvo un gran éxito. Su versión fue la del poeta Luis García Montero y en la obra de hoy lo ha querido hacer el propio director, Juan Carlos Pérez de la Fuente.
Las tragedias históricas de Shakespeare recorren los reinos de Inglaterra desde Enrique III hasta Enrique VIII, y el comediógrafo norteamericano James Goldman (1927-1987) hizo su propia visión del segundo Enrique acerca del conflicto de la sucesión –la del rey Ricardo, precisamente conocido como Corazón de León- en un especie de caverna de león, durante una gélida Navidad, donde se encuentra el monarca con su esposa legal, -Leonor-, los tres hijos y su reconocida joven amante -hija del rey de Francia, también en escena- que se exhibe ante todos. En la imaginación y la realidad, contemplamos, en esta corte medieval, una pasión entre odios, traiciones, mentiras, incluso las relaciones homosexuales ocultas.
Dejemos a Shakespeare: se trata aquí de desarrollar esta historia, de menos valor textual pero con su riqueza, sencilla, que permite el lucimiento de los intérpretes, Manuel Tejada y Alicia Sánchez –la esposa-. Ofrecen un magnífico trabajo con una bella escenografía de Rafael Garrigós, muy bien iluminada por Satori, y el director les deja moverse en puro teatro. Los actores gozan tanto como el público.
En el montaje no se señalan las diferentes escenas en un decorado único, vacío, en el que ocurren todo tipo de pasiones y que podríamos llamar apartamento real más que castillo o palacio. El vestuario es un tópico, con capas medievales sobre pantalones de hoy, algo que no se entiende bien, aunque en la adaptación se insinúan algunas referencias, tales como “Muchacho, esto pasa en todas la familias”. Esos juegos de frases y de ropas son fáciles e innecesarios, como para situarnos la acción en nuestros días. En la perfecta dirección de Pérez de la Fuente aparecen, además, varias bobadas, tanto las citadas como las canciones chocantes, como esa Navidad norteamericana, o la tristeza de amor con el violín de catalán Ruiseño. A pesar de todo, vemos un espectáculo estupendo.
Enrique Centeno

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