domingo, 17 de octubre de 2010

La torna de La Torna ***

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Dramaturgia y dirección: Albert Boadella.
Intérpretes: Elies Barberà, Jaume Bernet,
Marta Fernández, Josuè Guasch, Marta López,
Guillem Motos, Lluís Olivé, Pau Sastre, Javier Villena.
Espacio escénico: Albert Boadella.
Dirección: Albert Boadella, Lluís Elias (Els Joglars).
Teatro: Bellas Artes. (18.4.2006)
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Fue aquella historia del viejo teatro de la resistencia, la lucha de los cómicos en los escenarios, barricadas en las tablas frente a la persecución, la censura, la suspensión, la detención, y hasta la condenación. Numerosas compañías independientes, unas cuarenta, se unieron y acordaron fórmulas y sistemas de funcionamiento. Destacó pronto Els Joglars –unido, aunque con escasa intervención-, junto a Tábano. Nació de Albert Boadella como un grupo de mimos, y fueron añadiendo a sus gestos, la palabra y el texto. Y su oposición social fue desarrollándose hasta este espectáculo de La torna, en 1974.
    Con esta obra se intentaba, como en todas, burlar y huir de la perseguidora censura. Esta vez no fue posible, y la compañía resultó prohibida, detenida y acusada: fue el coste de la libertad, su visión de aquel mundo represivo y asesino. En este caso, a un desconocido delincuente, Heinz Chez, se le condenó a muerte dándole la mayor publicidad frente a la discreción de quien sería ejecutado a la vez, el anarquista Puig Antich: La función de La torna –en catalán se refiere a un trozo que se añade a la báscula para ajustar el precio- se representaba en ese estilo de cómicos dell’ arte, para mostrar a la guardia civil, a los militares fiscales y a los matadores del garrote vil.
    El teatro y muchos otros artistas, se pusieron en marcha en la defensa de Els Joglars. Aquí, en Madrid, se llegó a la huelga y se organizó un Festival por la Libertad, con aquella pegatina, creada en Barcelona, de la famosa máscara con la boca tachada y el lema de Llibertat d’expressió. Se llenó la Plaza de Toros de Vistalegre, donde intervinieron numerosos cantantes, desde el catalán Lluis Llach hasta el extremeño Luis Pastor. Fue La torna una manifestación por la represión cultural. Así lo valora Boadella, huido entonces, escapado con un disfraz de la Clínica Militar, y que ahora se recuerda con La torna de la torna. (No fue la única acción de rebelión cultural por el teatro, también la toma del Paseo de la Castellana –en Madrid, a la altura del Ministerio de Cultura-, donde formaron una manifestación con la caravana de numerosas furgonetas de las compañías del Teatro Independiente).
    Tal vez, esperábamos aquí que en este montaje se añadieran actualidades, con la torna o con los trueques políticos. Puede también que, tras 28 años, la puesta en escena se quede en su antigüedad genial; en todo caso, está perfectamente realizada e interpretada, tanto por algunos de los tradicionales y magníficos actores, como por los nuevos jóvenes. El recuerdo de nuestras escenas son páginas ya imposibles de destruir.
Enrique Centeno

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