martes, 21 de octubre de 2008

Gritos de Odessa ***


Ha preferido el director llamar a Ocaso –de Isaac Bábel- un expresivo Gritos de Odessa. Representa este espectáculo el nuevo teatro de la URSS, que ya venía superándose hasta terminar con la escena burguesa del pasado zarismo. Es la historia de la ciudad Odessa, a orillas del Mar Negro. Por ella han pasado una continua lucha e invasiones de distintos países. Posiblemente recordaremos una de ellas, la famosa El acorazado Potenkim, la gran película de la matanza en Odessa durante la guerra de la Revolución en 1905. Un film que clandestinamente fue proyectado en la España franquista. Los Gritos de Odessa se oyeron en aquel tiempo, donde padecía la pobreza y el duro trabajo.
Una familia y sus amigos, todos judíos, se unen en la taberna donde se discute y viven unidos en su religión, y allí, sin embargo alguien es un buscador del poder empresarial. Una progresiva tensión produce, finalmente, el drama cruel, la lucha entre ellos mismos, mientras en una de sus bodas danzan entre el alcohol, las canciones y la violencia mortal. Crece la escena progresivamente con un montaje formidable.
Es una más de las obras realistas, su Teatro del Arte. Hoy queda entre nosotros Chéjov y el creador de la interpretación Stanislavski. Quizá es más cómodo para nuestras compañías de aquí, privadas y públicas, la huída de nuestro propio teatro realista. Aquellas obras comunicaban hechos de nuestra historia sin la necesidad de acudir al barroco. Ahora viene esa fantástica Compañía de Odessa, que nos muestra cómo el teatro debe y tiene que conservar nuestra cultura anterior y su relación con hoy. La escenografía construye un retablo de ese mundo, con el ambiente, su vestuario y hasta las formas de sus músicas y sus bailes espontáneos en los personajes. Qué lamento es el de huir de nosotros mismos.
Nos produce admiración, igualmente, la lección de los actores: pocas veces vemos en nuestros teatros semejantes intérpretes. Nos causan envidia, pensando en los guapos que habitualmente están en nuestros escenarios. Afortunadamente, tenemos unos pocos de similar calidad, con verdaderos actores formados. (En el propio teatro de La Abadía habría que volver; nada menos que al lejano año de 1998, hace ya diez años, con su montaje e interpretación de José Luis Gómez en El señor Puntila y su criado Matti, de Brecht). A la Compañía de Gritos de Odessa no nos cansábamos de aplaudir y de mirar a los personajes sonrientes al público en pie.
Deberían también ver este espectáculo nuestros autores, y no pocos directores. Después de las cinco obras ya vistas en la nueva temporada, hemos vuelto a ser felices en estas cuatro horas de teatro.
Enrique Centeno_______________________________________

Autor: Isaac Bábel (Adaptación)
Intérpretes: Mendel Krik, Regina Ageev, Alexse,
Alekxander Kullikov, Alexse Odinf, Anna Geller,
Roman Nechaev, Petr Dchuravlev, Etc.
Escenografía y Vestuario: Anastasia Pautova.
Dirección: Simeón Apivak.
Teatro Abadía: (26.9.2008).
______________________________________


No hay comentarios: