martes, 11 de noviembre de 2008

Animales artificiales *

Estamos de nuevo ante Matarile Teatro, una compañía de la escritora, actriz y directora Ana Vallés. La vimos hace medio año en La Abadía y, antes, en La Cuarta Pared. En ambos era manifiesta la búsqueda del expresionismo. Se vio, desde un principio, torpeza y estilo inutilizado. Pero parece que va, levemente, encontrándose en su propia búsqueda con este llamativo Animales artificiales. De nuevo, inicia con un discurso: aquí, al público. Una mujer alemana anuncia la ausencia de texto, de argumento, de sentido e incluso el silencio frente a la indignación. En su voz germánica cita una larga agenda de autores como Freud o Peter Handke. Además de pintores, danzas orientales o versos. Es también incluido el delirante e imitado Artaud. Como si todo lo aprendido quisiera ser sumado. Mucho conocimiento.
El expresionismo es un encuentro entre el absurdo y la visión de la ruptura entre la vida y la destrucción: bástese citar, por ejemplo, a Van Gogh, cuyo autorretrato, su habitación o los girasoles, son tanto las realidades como sus visiones: a el le considera expresionista. No debe confundirse, en el teatro, con el superrealismo de la moderna y breve búsqueda de la ruptura del llamado happening. Lo que tratamos de explicar, es que ese arte rompedor no se limita a la plástica; si no, sería un disparate, una inutilidad; sin contenido o con la incomprensible justificación de una representación. Aquí estamos.
Este expresionismo parece buscar el alejamiento del propio tema pretendido; romper no consiste en ocultar; crear y enriquecer no es el barroquismo ni lo cósmico, como sería emplear el lenguaje shuzntu. A Vallés le entusiasman las imágenes incomprensibles fuera de sus propios pensamientos. Tiene que haber un tema, unos personajes, un modo diverso de hacer relaciones con el espectador. En este estreno – Teatro Fernán-Gómez, Centro Cultural de la Villa- aparecen personas que unas veces se mueven absurdamente y otras medio bailan sin conocimiento: toca uno el trombón, canta ópera un individuo, intenta provocar alguna gracia, se hablan a veces incomprensiblemente. O aún más: con voces sin estudios (En un momento protestó una espectadora: “¡No se oye!”; a lo cual añadió otra gritando: “¡Ni falta que hace!”). Yo no dije una palabra, pero vi que llevabamos una hora y tres cuartos allí sentados, con todo el esfuerzo. Se hizo por fin el oscuro y salí corriendo para llegar a tiempo al telediario.
Enrique Centeno
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Autora, actriz y dirección: Ana Vallés.
Intérpretes: HelenBertels, José Campaanari, Mónica García,
Mauricio González, Iván Marcos, Ricardo Santana, Ana Vallés
Hugo Portas,
Ramón Vázquez.
Escenografía: Baltasar Patiño.
(Matarile Teatro).
Teatro: Fernán-Gómez (CC de la Villa) (7.5.2008)
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