domingo, 12 de septiembre de 2010

El proyecto Youkali ***

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Autor y dirección: Miguel del Arco.
Intérpretes: Juárez, Donat Mbuyi, Genoveva Caro,
Sonia Ofelia Santos, Pedro Forero, Cristóbal Suárez,
Mar Fernández-Sousa, Kati Dada, Ángel Ruiz, Wenceslao Scyzoryk,
Álberto Sánchez, Sonia Fernández-Sousa, Alfonso Gálvez,
Paqui Horcajo.
Iluminación: Juanjo Llorens.
Vídeo escena: Álvaro Luna.
Dirección musical: Arnau Vilà.
Teatro: El Matadero. (7.9.2010)
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Se hizo El proyecto Youkali hace unos meses (Junio, 2010) con motivo del Día Mundial de los Refugiados, que quiso mostrar con esta función la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (ONG), desde la angustia por la persecuciones, las torturas y encarcelamientos políticos o ideológicos.  Al llegar a España, relatan la historia de cuatro refugiados – una juez, una doctora, una cantante y un fotógrafo-, en monólogos de sus propias experiencias.
    Los textos los ha escrito el propio director de la compañía Kamikaze, Miguel del Arco. Son creaciones dramáticas, historias que buscan el drama bajo la teatralidad, consiguiendo la emoción; es este el procedimiento para la piedad, y no hay, por tanto, acontecimientos ni movimientos sociales, sino el testimonio. Lo que más interesa es el lugar donde se representan estas escenas: un plató de televisión cuyo canal intenta ganar público con la dirección de un oportunista periodista. Lo que más nos acerca es la verdadera explotación al inocente telespectador, con ese llamado “Reportaje” que se empeña en el efectismo y el remontaje sobre datos y personajes; actores, insistimos. Es el mercado de las tragedias donde los refugiados sirven para conseguir la más alta cuota de audiencia; no faltan cortes de publicidad ni montajes de las grabaciones previas: son esos presentadores y presentadoras que ya conocemos perfectamente en nuestros canales privados. En el teatro se juega entre carcajadas e indignación. Quienes van con las cámaras y quienes montan los efectos son anónimos, invisibles en la pantalla –en la representación sí se les ve dentro del plató- como si no estuviera nadie en las mentiras. El periodista, en esta función, es un excelente actor, y su personaje termina por reconocer y arrepentirse –esto sí que resulta imposible en los profesionales- confesándolo, en un supuesto canal pirata.
    Otro aspecto interesante es la propia acusación al Gobierno –este montaje lo realiza la citada ONG- que huye de la realidad y de la ayuda; los propios exiliados, llegados a España con esperanza, encontrarán su frustración y la ausencia oficial tanto de ayuda e incluso en su legalización.
    Permite emocionar, testimoniar y dar cuenta de los sufrimientos. Para que no falte de nada, la última canción –impresionante su interpretación- pertenece a Kurt Weill, que tituló con el inventado país de Youkali –lo ha dado a conocer sobre todo la cantante Ute Lemper-, incorporado al Ascenso y caída de la ciudad de Mahagonny, otro fantasma de Brecht, que precisamente vimos hace dos años en este mismo teatro El Matadero. Escucharemos la música con su poema proyectado, “Dejándonos jirones,/ soñando por soñar...”. El público casi llega a llorar por ese “Youkali es el país que alguien sueña”.
Enrique Centeno

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