sábado, 17 de septiembre de 2011

After sun **

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Autora y director: Rodrigo García.

Intérpretes: Patricia Lamas, Juan Loriente.
Teatro: Nuria Espert (Fuenlabrada). (28.10.2000)
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Imágenes rasposas
 
Ora vez deja de sorprendernos el novísimo autor Rodrigo García, a pesar de las imágenes impactantes que continuamente busca, entre lo que venimos en llamar teatro, y lo que suele denominarse performance. No necesita este creador actores -propiamente dicho-, sino ejecutantes más o menos preparados físicamente que, servidores de las imágenes concebidas por García; no importa, incluso, que no sepan hablar.
    Este es un espectáculo ácrata, en el sentido más peregrino y pedestre del término. De forma cruda, a veces rasposa y cruel, el autor nos quiere dar un retrato de las miserias que nos rodean. No codifica, no analiza, no entra en los temas. Pero éstos están ahí, en su cotidianeidad que él muestra con rasgos esperpénticos. Y se va refiriendo a la basura de la carretera y los automóviles, a la miseria de los nuevos barrios en las grandes ciudades, a la política sin horizontes, a los partidos políticos como empresas de márketing, a la comida basura, a la clonación y el mimetismo.
Son muchas cosas, demasiadas tal vez: un eructo, como suelen ser siempre las obras de este autor. Una pirueta que pontifica sobre nuestros males, como un profeta o un pastor apocalíptico de esos que no entran en el análisis, sino en el miedo, en la testificación, ciertamente ingenua, de este mundo postmoderno.
Lo que queda, cuando termina el espectáculo, es la sensación de una tertulia de taberna pasada por un creador de imágenes; es decir, algo muy liviano que se salva tan sólo por una iconografía, a veces de indudable potencia, para la cual Rodrigo García no repara ni escatima escenas de riesgo, sea a través de desnudos, de muestras escatológicas o de crueldades con animales. Posee una excelente caligrafía, pero, al final, “fuese y no hubo nada”, como dijo el poeta. Puede que eso es lo que pretenda el autor, pero se contradice con ese dogmatismo denunciador, que parece ser lo que inspira sus imágenes y sus textos. Ah, sus textos: melopeas de superposición de palabras, de juegos de sinónimos, de frases hechas en un alarde compilatorio que, a veces, sorprenden y otras muchas aburren.
Enrique Centeno

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