miércoles, 23 de noviembre de 2011

Otras mujeres ***

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Autores: Félix Sabroso, Federico García Lorca,
Enrique Gallego, Antonia San Juan.
Interpretación y dirección: Antonia San Juan.
Teatro: Alfil. (28.6.2000)
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Las cosas que nos pasan

Antonia San Juan, que fascinó a todos en su personaje de La Agrado, en Todo sobre mi madre, del Doctor honoris causa Pedro Almodóvar, es, en sí misma, una contradicción y una paradoja desde el mismo momento en el que aparece en escena: su aspecto entre andrógino y hermafrodita; su estilo entre el cabaret y la confesión íntima; su mezcla entre la actriz y la exhibicionista; sus dotes de comunicadora y su escasa voz; su inteligencia evidente que sin embargo se sirve de textos ajenos. Antonia seduce, se hace entender en su permanente vuelta de tuerca al mundo cotidiano, que desentraña a través de trece monólogos elegidos por Félix Sabroso, Enrique Gallego, y una antología de refranes que ella misma ha engarzado con habilidad. También un monólogo de Doña Rosita la soltera, de Lorca: un ejercicio de estilo, un desafío de esos que se recomiendan incluso como prueba para que una actriz demuestre su talento, lo cual hace cumplidamente esta actriz.
    Mira Antonia San Juan desde el centro del escenario, apenas sin dominio del espacio, como mujer acostumbrada a la actuación cercana, la del café teatro en el que se ha formado, pero su mirada va casi de espectador en espectador, como queriendo explicarse. Explicar a la mujer murciana, a la madre de hija incomprensible e imposible, a la egocéntrica o a la falsa e hipócrita que cada día nos asalta. Uno de los monólogos, escrito por Félix Sabroso, se llama La mujer sola, y nos recordó al del mismo título, mil veces representado, escrito por Franca Rame y Dario Fo, que nos hizo ver lo viejo de los dos queridos autores italianos al lado de estos textos que presentan conflictos de ahora mismo,
humor de hoy, reivindicaciones, amarguras y risas que pertenecen no tanto al ámbito de las ideologías sino a la vida cotidiana. Es ese conflicto del día a día, ese jirón de rebeldía y de desconcierto, lo que aporta este espectáculo lleno de frescura, de inteligencia. Lo que hace Antonia San Juan es contarnos lo que nos pasa, burlándose de ello pero mostrándolo tras el azogue de un espejo tan cruel como sarcástico, tan risueño como triste. Este espectácuo del Alfil se llama Las otras mujeres: yo creo que ya no son “otras”, que esos personajes nos rodean en un censo cada vez más creciente; que su poética, su superioridad, sus contradicciones y su manera de mirar al mundo son una esperanza de que algo puede cambiar. Y, en ese sentido, la obra, divertida y disparatada, es mucho más innovadora, incluso revolucionaria, que lo que su ropaje frívolo pueda aparentar.
Enrique Centeno

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