miércoles, 23 de noviembre de 2011

Tres años **

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Autor: Juan Pastor, a partir de la obra de Chéjov.
Intérpretes: Raúl Fernández, María Pastor,
José Maya, José Bustos, Alicia González.
Iluminación: Pablo Jaenigke.
Escenografía: J. Pastor.
Dirección: Juan Pastor.
Teatro: La Guindalera (10.10.2011)
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Noticias de un cotilleo

El texto original de Chéjov ha sido adaptado y trasladado por Juan Pastor a los años 30. Son los Tres años de unas relaciones amorosas, su decepción y la ruptura. En la obra teatral se utiliza la tercera persona –literatura narrativa- que anticipa y amplía los momentos escénicos: incluso los propios personajes cortan con apartes, para ayudar a sus pensamientos. Hace gracia al público la novela que no se ha querido convertir del todo a la dramaturgia.
    En la parte más prolongada –el primero de aquellos años-, los personajes son cómicos exhibicionistas -lo hacen eficazmente- con ese estilo del hábil Vital Aza. Lo que nos preguntamos es qué interés tienen estos retratos.
    De la separación, el engaño o los perdidos amores. Podría ser una vulgar comedia comercial, pero el montaje lo salva apoyándose en la farsa. Son las ironías o tristezas de Chéjov en sus decenas de relatos. Aquí, este resultado lo recibimos poco más que con curiosidad. Es llamativo que el teatro de La Guindalera goce con el traslado de las escrituras al teatro. Les vimos, en otra ocasión, en la relación sentimental del autor ruso en Yalta, con el recuerdo emocionante de aquellos enamorados en un simple día, y de un triste y doloroso encuentro de ambos en la imposible y gélida Moscú. Nos quedamos allí.
    Una vez más, Juan Pastor hace un fuerte trabajo de actores, y aquí aparecen, además, intérpretes con los que ha trabajado con frecuencia en la sala de La Guindalera. Un equipo de actores de limpieza y talento. Es Julia un personaje engañador: de la aparente sencillez, de la aceptación del matrimonio por interés económico, de la frialdad o la infidelidad. Y lo crea con mucha riqueza la estupenda actriz María Pastor.
   El protagonista, Alejandro, hijo de un adinerado empresario, tras un esfuerzo vence su timidez para acercarse a Julia y declararle su amor. Y en esta jocosa escena pasará ella del rechazo a la inmediata aceptación: sin intención, Alejandro le ha hecho saber su posición económica. El propio público se va recociendo, cuando confiesa en monólogos sus sentimientos y felicidad: del resultado obtendrá la injusticia y burla. Quien lo hace es el espléndido actor, Raúl Fernández, con una gran interpretación –larga, rompiente-, llevando la alegría y el dolor con formidables escenas, desde la alegría al drama.
    El reparto, junto a los dos actores citados, clava todos sus personajes y las rupturas al público. El maduro Gregorio lo hace el veterano y estupendo actor José Maya, un sujeto gracioso que, entre sus supuestos afectos hacia Alejandro, le da continuos sablazos. Es también testigo de aquellos tres años, y nos lo va contando. También es perfecto el trabajo de José Bustos y de la actriz Alicia González, que representará muy bien a la perdedora mujer -Paulina-, inteligente y observadora.
    El trabajo de la dirección y la enorme calidad de los actores son lo que, verdaderamente, dan mérito y aplausos a Tres años.
Enrique Centeno

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