jueves, 12 de abril de 2012

De noche, justo antes de los bosques ***

_______________________________

Autor: Bernad-Marie Koltès.
Intérprete: Pedro Rebollo.
Dirección: Luis Merchán.
Teatro: El Canto de la Cabra. (5.8.2000)
______________________________________

Un moro entre nosotros


Se vio esta obra hace ocho años en el Centro Dramático Nacional tan mal hecha, que se agradece esta ocasión de valorar uno de los primeros títulos de Koltès (en realidad todos lo fueron, puesto que su muerte prematura le sorprendió con 41 años).
Esta es la historia cotidiana de un pied noir, un “moro” francés y su dificultad para sobrevivir en la ciudad.     Le cuenta a alguien sus incidencias, su marginación, sus penurias económicas, y las agresiones raciales de las que es objeto. Ese alguien, naturalmente, no aparece, de modo que el personaje se dirige hacia el público, que es de lo que se trata.
No ha hecho falta adaptar este texto: se habla en él de Francia como referencia continua, de sus costumbres y de su vida. Y es que un buen texto, al contrario de lo que muchos creen, no necesita adaptarse a eso que suele llamarse “nuestra realidad”. Este De noche, justo antes de los bosques, trasciende inmediatamente y se constituye en un calco para cualquier situación en  que la xenofobia o el racismo se pongan de manifiesto.
     Porque si en el momento de su escritura trataba de un tema que preocupaba a la sociedad gala –la obra es de 1971-, hoy parece escrita para nosotros, para una sociedad donde se muere en pateras, se trabaja en situación de esclavismo, se prostituye a mujeres a cambio de papeles, se deporta sin piedad o se elaboran leyes de extranjería que sancionan la discriminación y eliminan derechos básicos a negros y moros. El actor, por cierto, adopta esa peculiar forma de hablar español que tienen los magrebíes: acerca así más aún la realidad en un trabajo, por cierto francamente espléndido.
    Este espectáculo deberían verlo muchos de nuestros jóvenes creadores que, declaradamente, o no, se consideran herederos de Koltès, cuando en realidad sólo toman de él la forma –esa buscada ruptura de la convencionalidad de diálogos- y no sus contenidos de denuncia. También, en este sentido la obra de esta compañía zaragozana, Ciudad Interior, es muy recomendable en el acogedor recinto al aire libre de El Canto de la Cabra.
Enrique Centeno

No hay comentarios: